Sal, sus Diferentes Tipos, las Constituciones y la Salud. Hay innumerables estudios que no alcanzan a ponerse de acuerdo en lo relativo al asunto de la sal en la dieta. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda reducir el consumo de sodio que tomamos con la sal a menos de dos gramos diarios en adultos. Se reducirían así los problemas cardiovasculares asociados a la hipertensión e incluso los cánceres de estómago. Esta postura es la que se defiende de forma mayoritaria desde los estamentos médicos y también desde las revistas científicas. Se acaba de publicar en el International Journal of Epidemiology, que se analizaron 269 trabajos donde el 54% apoyaban esta hipótesis. Sin embargo, un 33% se mostraban en contra y un 13% presentaba resultados no concluyentes.
Si quieres saber por qué esta falta de resultados concluyentes, sigue leyendo. Un informe reciente del Instituto de Medicina de los Estados Unidos, dependiente de las Academias Nacionales de Ciencia, concluía que no hay evidencia científica para reducir el consumo de sodio hasta unos niveles tan bajos como los recomendados por la OMS. David Johns, uno de los autores del estudio opina: “Probablemente la polarización dentro del campo haga más difícil llevar a cabo el tipo de estudios que proporcionaría una respuesta clara y convincente a esa cuestión para todas las partes”. Para la medicina Constitucional estos resultados son totalmente normales, puesto que hay constituciones como los So Yang y algunos tipos de Tae Um que necesitan sal, mientras que en otras constituciones la sal eleva drásticamente su tensión arterial.
Todo depende de la fisiología y el diseño energético de cada persona. De la misma manera no es la misma sal en cuanto a sus cualidades, la sal del Himalaya, que la de Bretaña o la de unas salinas del interior.